IV DOMINGO DE PASCUA (A)

Domingo 30 de Abril de 2023
Jn 10,1-10

«”En verdad, en verdad les digo que el que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, sino que entra por otro camino, ése es un ladrón y un salteador. En cambio, el que entra por la puerta, es pastor de las ovejas. El pastor la abre y las ovejas escuchan su voz; llama a sus ovejas, a cada una por su nombre, y las conduce fuera. Y cuando ha sacado a todas sus ovejas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque conocen su voz. A un extraño, en cambio, no le seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños”. Jesús les dijo esta analogía, pero no entendieron de qué les hablaba».
(Jn 10,1-6)

La imagen del pastor y el rebaño resulta familiar en el contexto bíblico. En algunos salmos se describe a Dios como el pastor que conduce a su pueblo, es decir, al rebaño (Sal 79,13; 95,7; 100,3). En el evangelio de Juan, Jesús se presenta utilizando precisamente esta imagen rural habitual.
En los versículos 3 y 4 observamos dos verbos que resultan importantes para que cada uno de nosotros comprenda y verifique si somos ovejas y si realmente formamos parte del rebaño de Jesús.

  • “Las ovejas escuchan su voz”. Escuchar es la actitud fundamental para formar parte del rebaño de Jesús. En la Biblia, lo importante no es tanto ver sino escuchar, por eso para el israelita y también para el discípulo del Nuevo Testamento, el Shemá Israel, “Escucha, Israel”, es central. El verbo griego utilizado aquí no significa simplemente escuchar, sino que implica un paso más, el de la puesta en práctica de lo escuchado. Hay en ello el concepto de obediencia. En esto nos ayuda la imagen de la oveja, que es un icono de docilidad y mansedumbre.
  • “Las ovejas lo siguen”. El seguimiento es condición indispensable para que el rebaño no permanezca sedentario, sino itinerante, siempre en movimiento. Es interesante observar que la expresión “las saca” (verbo griego exàgo), recuerda la salida de la esclavitud de Egipto de los hijos de Israel. El pastor saca de la esclavitud del pecado y camina delante de las ovejas, dando ejemplo.

En efecto, la salvación es un hecho individual, pero también es un hecho intrínsecamente comunitario. Formamos parte de un rebaño en el que estamos llamados a vivir diariamente nuestra fe confiada en el Pastor Jesús, y a vivirla de forma íntima y personal, pero al mismo tiempo compartiéndola con otros hermanos y hermanas. ¡Somos libres de formar parte o no de este rebaño!

Agudicemos, pues, nuestro oído para distinguir bien la voz del Pastor de otras voces y mantengamos la mirada fija en Él, que camina delante, señalando y abriendo el camino al rebaño. Porque en la vida espiritual, lo que cuenta es escuchar, obedecer y seguir. Todo lo demás viene como consecuencia.

p. Giuseppe