III DOMINGO DEL T.O. (B)

Domingo 21 de Enero de 2024
Mc 1,14-20

«Después del arresto de Juan, Jesús fue a Galilea, proclamando el Evangelio de Dios, y decía: “El plazo se ha cumplido y el reino de Dios está llegando; conviértanse y crean en evangelio”».
(Mc 1,14-15)

Con la partida de Juan el Bautista, Jesús comienza su ministerio público: proclamar la «Buena Nueva» que inspira gozo. Es una buena noticia de Dios, acerca de Dios, de la cual Dios es el creador. En resumen, no es noticia de este mundo, de los hombres, ni siquiera fabricada por los hombres: ¡viene de Arriba! Está a punto de establecerse una nueva mentalidad, la del reino de Dios, que resultará ser contraria a la de este mundo. Es una buena noticia para el hombre y para todos los hombres. Y empieza así:

El tiempo (kairòs, no un tiempo cronológico, sino un momento cualitativamente diferente, de oportunidad) se cumple, literalmente «está lleno». Este verbo se encuentra en Marcos aquí y justo antes de la Pasión, cuando Jesús es arrestado y dice: «Todos los días enseñaba en el templo, y no me arrestaron, pero esto sucede para que se cumplieran las Escrituras» (14,49); y el reino de Dios está cerca, a las puertas.

Conviértanse: un imperativo presente que denota una acción continuada en el tiempo y no una tantum (una puntual). El original griego del verbo es metanoèite, que etimológicamente alude a un cambio de mente, de pensamiento, a un cambio de perspectiva, combinado con un significado de arrepentimiento. Es una llamada a dejarnos visitar por el asombro: ya no debemos pensar en cómo llegar a Dios, porque es Él quien viene a nosotros. Lo que nos queda por hacer es hacer un esfuerzo por ser más auténticos: reconocer que sin Él nuestras obras están muertas y que el pecado no nos da alegría ni satisfacción (tal vez en el futuro inmediato nos engañe un poco…). Ha llegado el momento de poner nuestra miseria en las manos del Señor. ¡Por el tiempo que dure nuestra vida estamos en el tiempo de la misericordia!

… y crean: esto también es un imperativo presente: seguir creyendo… una creencia que es confianza en la Buena Nueva y en Aquel que la anuncia, que es él mismo el Evangelio.

¡Aceptemos, pues, la invitación de Jesús a renovar nuestra confianza en él y en su Palabra!

p. Giuseppe