Hemos sido queridos, creados y salvados por amor, no por necesidad. Estas palabras han llenado de significado nuestro retiro de célibes en Camparmó. Hemos vivido tres días intensos, guiados principalmente por el padre Fundador, marcados por la espera y la alegría de encontrarnos después de mucho tiempo. La llamada a la virginidad por el Reino de los cielos existe en la medida en que somos capaces de relacionarnos personalmente con el Señor Jesús y comunitariamente con los amigos con quienes vivimos. ¡De este modo se alimenta la esperanza y aumenta el gozo!