VI DOMINGO DE PASCUA (B)

Domingo 5 mayo 2024
Juan 15, 9-17

«Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande que este: dar su vida por los propios amigos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. Ya no les llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; sino que yo les he llamado amigos, porque todo lo que oí de mi Padre se lo he hecho saber a ustedes. No me eligieron ustedes a mí, sino que yo los elegí y les nombré para que vayan y den fruto, y su fruto permanezca; para que todo lo que pidan al Padre en mi nombre se lo conceda. Esto les mando: que se amen los unos a los otros.»
(Jn 15,12-17)

En uno de sus últimos discursos relatados por el evangelista Juan, Jesús, en un contexto de intimidad con sus discípulos, les transmite el corazón de su enseñanza: el mandamiento del amor. En el capítulo 13 leemos cómo Jesús se ciñe una toalla y lava los pies a los apóstoles. ¡Este acto era prerrogativa de los esclavos! ¿Qué significa esta acción del Maestro? Él pone en el centro al otro, al amigo, con una actitud de amor. Y así el amor tiene la capacidad de transformar un gesto o un servicio que por naturaleza parece de un esclavo, en un gesto de amistad. Al fin y al cabo, esto es lo que Jesús hizo siempre en su vida: ha puesto a cada uno de nosotros en el centro de Su corazón y ha dado todo de sí mismo por nosotros.

Cuando una persona vive en el amor del Señor, no sólo ama de verdad, sino que se convierte en canal de amor y se libera de la esclavitud más fuerte, la del egoísmo. El egoísmo nos encadena manteniéndonos encerrados en nosotros mismos y trayendo siempre al centro nuestro «yo». Lo opuesto al egoísmo es la amistad, que es el vínculo que crea el cuerpo de Cristo. ¿Quieres ser un amigo? ¡Ama! Pon al otro -y en primer lugar a Jesús- en el centro de tu corazón, para servirle con amor. ¡El que ama nunca es siervo; el que ama es AMIGO!

p. Giuseppe